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DApenas piden tu opiniCón para legislar Gen este mundo podriDdo, Bm pero sí tu cuerpo, por siF#m hay que atacar al enemiGgo. F#m
EmTampoco te dejarán Aocupar F#mun espacio libre y vacBmío: un hombre de Cuniforme te dirá G que eso esta prohibidoA.
D Mañana prohibiCrán el sexo, iguGal que han prohibido los placeDres Bm que nos dan la libertadF#m y la paz que uno no tiGeneF#m.
EmTienes difícil la huAida. F#mTapiaron todas las saliBmdas. Tendrás sCuerte si la muerte no negGocia con ellos tu agoAnía.
A Mañana ha de veniDr esa tormeGnta que tanto estamos esperanAdo, Desa por la que otros murieron anGtes, por la que Asoñamos, Gantes de que en el teleAdiario una voz diga: 'La Bmguerra ha estaF#mllado', y uno a Guno poco a poco nosC vayan llaAmando.
Corre, ve a decirlo en el taller, en la escuela, en la oficina. Hay que prepararse para recibir la tormenta que se avecina. No les creas cuando ellos te digan que la historia aquí se termina, porque empieza en ese Sur que hambriento agoniza. Mañana iremos bajo sus ventanas para que oigan tus lamentos, y no harán caso, pues no son políticamente correctos. Tú obediente harás lo que te manden, y si nos da por tomar la calle, un hombre de uniforme nos dirá: 'Mejor no hablen'. Mañana ha de venir esa tormenta que tanto estamos esperando, esa por la que otros murieron antes, por la que soñamos, antes de que en el telediario una voz diga: 'La guerra ha estallado', y uno a uno poco a poco nos vayan llamando. Corre, ve a decirlo en el taller, en la escuela, en la oficina. Hay que prepararse para recibir la tormenta que se avecina. No les creas cuando ellos te digan que la historia aquí se termina, porque empieza en ese Sur que hambriento agoniza.